Washington, DC, USA
August 30, 2011
Studies by U.S. Department of Agriculture (USDA) scientists indicate that organic farmers who need to periodically amend their soils with compost after planting can still control weeds-and hold down costs-by using fabric ground covers. This will be welcome news to organic farmers who till composted manure into their crop fields after planting.
Agricultural Research Service (ARS) soil scientist Larry Zibilske, who works at the agency's Integrated Farming and Natural Resources Research Unit in Weslaco, Texas, set out to see how these ground covers limit water penetration and affect carbon and nutrient levels in soils. ARS is USDA's chief intramural scientific research agency, and this work supports the USDA commitment to supporting sustainable agriculture.
Zibilske conducted a soil chamber study using two types of commercial ground covers: a needle-punched, double-layer fabric, and a tightly woven material made of flat polypropylene strands. He used two types of compost-poultry litter pellets or a compost mix of cattle manure and other organic materials-in the research.
Zibilske monitored the movement of nutrients from the two types of composted materials through the two types of ground covers for 30 days. Water was able to pass freely through the fabric cover, but the polypropylene cover limited the movement of water for the first two weeks. However, water was able to pass through the polypropylene cover much more easily by the end of the study, perhaps because the cover was becoming coated with organic molecules from the compost.
Zibilske found that soil microbial activity indicators were essentially the same in soils protected by fabric covers, soils protected by polypropylene covers, and control soil samples where the movement of nutrients had not been impeded by a ground cover. This similarity suggests that these ground covers did not significantly alter or limit biological activities in the soil. Links were also observed between the use of fabric covers and reduced soil levels of nitrogen and phosphorus levels.
The results from this study were published in 2010 in the International Journal of Fruit Science.
Photo courtesy of Donald Makus, ARS.
Utilización de las cubiertas de suelo en la producción orgánica
Los resultados de estudios por científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) indican que los agricultores orgánicos que periódicamente tienen que enmendar el suelo con compost después de sembrar los cultivos todavía pueden controlar las malezas–y reducir los costes de producción–con la utilización de las cubiertas de tela en el suelo.
Esta es buena noticia para los agricultores orgánicos que agregan el compost de estiércol a sus campos después de plantación.
Científico del suelo Larry Zibilske, quien trabaja en la Unidad de Investigación de la Agricultura Integrada y los Recursos Naturales mantenida por el ARS en Weslaco, Texas, realizó los estudios para determinar cómo estas cubiertas limitan la penetración por el agua y los niveles de nutrientes en el suelo. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), y esta investigación apoya la prioridad del USDA de promover la agricultura sostenible.
Zibilske realizó el estudio en una cámara de suelo utilizando dos tipos comerciales de cubierta de suelo: una tela de dos capas con agujeros producidos por agujas, y un material entretejido a base de filamentos planos de polipropileno. Él usó dos tipos de compost: bolitas de los desperdicios avícolas, o una mezcla del estiércol bovino.
Él observó el movimiento de nutrientes de los dos tipos de compost por los dos tipos de cubierta por 30 días. El agua pudo pasar libremente por la cubierta de tela, pero la cubierta de polipropileno limitó el movimiento del agua durante las primeras dos semanas del estudio. Sin embargo, el agua pasó más fácilmente por la cubierta de polipropileno a fines del estudio, quizás porque había una capa de moléculas orgánicas del compost en la cubierta.
Zibilske descubrió que los indicadores de actividad microbiana en el suelo fueron esencialmente iguales en los suelos protegidos por las cubiertas de tela, los protegidos por las cubiertas de polipropileno, y los suelos no cubiertos. Esta semejanza sugiere que las cubiertas no alteraron o limitaron significativamente la actividad biológica en el suelo. Zibilske también observó conexiones entre el uso de las cubiertas de tela y los niveles reducidos de nitrógeno y fósforo en el suelo.
Las conclusiones de este estudio fueron publicadas en el 2010 en 'International Journal of Fruit Science' (Revista Internacional de la Ciencia de Frutas).