Argentina
January 28, 2025
El sorgo es un cultivo tolerante a la sequía, ideal para climas secos, con alta demanda internacional para alimentación animal y biocombustibles. Ofrece altos rendimientos y contribuye a la sostenibilidad y rentabilidad de los sistemas agrícolas.
El sorgo ocupa un lugar destacado entre los cinco cereales más cultivados del mundo, después del maíz, el trigo, el arroz y la cebada. Con más de 49 millones de hectáreas sembradas a nivel global, su cultivo está ganando terreno en Europa, donde la superficie dedicada a este cereal sigue en aumento. Esta tendencia se atribuye principalmente a su notable capacidad de adaptación a condiciones de estrés hídrico y altas temperaturas.
El cultivo de sorgo se caracteriza por sus bajas necesidades de insumos y agua, además de su alta tolerancia a la sequía. Su sistema radicular es capaz de penetrar hasta dos metros de profundidad en suelos permeables, lo que le permite aprovechar recursos hídricos más profundos.
Gracias a su desempeño sobresaliente en condiciones adversas, el sorgo se ha consolidado como un cultivo confiable y versátil.
El sorgo es especialmente adecuado para zonas áridas o semiáridas de clima cálido, territorios que están en expansión debido al calentamiento global. A diferencia de otros cultivos, puede resistir períodos prolongados de sequía y reanudar su crecimiento una vez que cesan estas condiciones, proporcionando una mayor estabilidad en los rendimientos y reafirmando su valor como una opción sostenible para la agricultura.
En el pasado, el sorgo solía recomendarse principalmente para ambientes con menor potencial de rendimiento, como suelos someros, anegados o ligeramente salinos. Sin embargo, en la actualidad, muchos productores han comenzado a incluirlo en sus rotaciones debido a sus numerosos beneficios, tanto agronómicos como ambientales.
> Un aliado en campañas secas
El sorgo, similar al maíz en composición, se destaca por su alto contenido de hidratos de carbono, bajo nivel de grasas y la presencia de nutrientes esenciales como la lisina.
En campañas con pronósticos de escasez hídrica, el sorgo se presenta como una alternativa inteligente frente al maíz, no solo por su resistencia a plagas gracias a la tecnología genética SProtect®, sino también por sus sobresalientes características agronómicas.
Desde el punto de vista agronómico, el sorgo es más resistente a la sequía que el maíz por varios motivos, según se describe seguidamente.
El destino que se cosecha es el destino principal en la planta
El sorgo presenta una ventaja clave en su desarrollo debido a que el destino principal de los recursos de la planta es el que se cosecha. Su flor, de tipo hermafrodita, prioriza la formación y el llenado de granos, con la panoja como órgano dominante durante estas etapas.
En contraste, el maíz, que es diclino-monoico (posee flores masculinas y femeninas separadas en la misma planta), asigna su destino principal a la panoja masculina, mientras que la espiga femenina representa un destino secundario. Esta diferencia estructural hace que un déficit hídrico durante la floración afecte significativamente más al maíz, ya que las fallas en la fecundación pueden reducir drásticamente su rendimiento.
Aunque tanto en el sorgo como en el maíz la floración es un período crítico en el que se define el número de granos y gran parte del rendimiento, el sorgo demuestra una mayor resistencia a las condiciones de sequía, consolidándose como una opción más robusta en ambientes adversos.
Posibilidad de latencia
Muchos híbridos de sorgo, especialmente aquellos de ciclo medio y largo, tienen la capacidad de entrar en latencia, lo que les permite retrasar su crecimiento hasta veinte días. En condiciones de sequía, este mecanismo reduce la velocidad de desarrollo de la planta, prolongando su ciclo y ayudándola a sortear déficits hídricos de corta duración. Una vez que se reanudan las lluvias, la planta retoma su crecimiento con normalidad, aprovechando las nuevas condiciones para completar su desarrollo.
Gran sistema radicular
El sorgo presenta una relación tallo/raíz más baja que el maíz, es decir que tiene una mayor cantidad de centímetros de raíz por cada centímetro cuadrado de hoja. Además, sus raíces son más densas, lo que le permite acceder de manera más eficiente al agua disponible en el suelo. Esta característica le otorga una mayor disponibilidad de agua para la parte aérea de la planta, incluso cuando la cantidad de agua en el suelo es la misma, brindándole una ventaja significativa en condiciones de sequía.
Sistema estomático
El sorgo posee mayor sensibilidad estomática y mayor cantidad de estomas en comparación con el maíz. La capacidad de sus estomas para cerrarse y reabrirse a un menor potencial de agua en el suelo, asegura que la planta pueda mantener la fotosíntesis activa incluso bajo estrés hídrico. Esto le confiere una ventaja en situaciones de sequías de corta duración, ya que puede seguir desarrollándose y produciendo eficientemente donde otras especies podrían detener su crecimiento.
Regula la transpiración
Las hojas del sorgo están recubiertas por una capa de cera que, ante un estrés hídrico, se enrollan o acartuchan. Este mecanismo le permite regular eficazmente su transpiración en condiciones de altas temperaturas y/o disponibilidad limitada de agua, ayudando a minimizar la pérdida de agua y protegiendo a la planta durante períodos de sequía o calor extremo.
Crecimiento prolongado de raíces
Las raíces del sorgo siguen creciendo, aunque a un ritmo más lento, incluso después de la floración. Esto le permite explorar nuevas capas de suelo húmedo en busca de agua, lo que representa una ventaja frente al maíz, cuyo crecimiento radical cesa al inicio del llenado de los granos y sus raíces comienzan a deteriorarse. En el maíz, la disponibilidad de agua durante el llenado depende más de las lluvias, ya que el volumen de suelo que puede explorar es más limitado.
Hojas acartuchadas
Raíces
> Flexibilidad, adaptabilidad y control de plagas
El sorgo ofrece mayor plasticidad que el maíz ante variaciones en la densidad de siembra o nacimientos desparejos causados por dificultades en la cama de siembra. Sin embargo, en los híbridos modernos se busca reducir el macollaje y aumentar la densidad de siembra para lograr una mayor uniformidad tanto en el cultivo como en la cosecha.
Por otro lado, presenta una notable flexibilidad en su ventana de siembra, tanto de primera como de segunda. Aunque la recomendación general es implantarlo con una temperatura del suelo de 18 °C a la profundidad de la semilla, también es posible adelantar la siembra con temperaturas mínimas estabilizadas de 15°C en el suelo, durante la mañana. Esto amplía significativamente la ventana de siembra, ya que el principal factor es que el suelo se caliente durante el día para favorecer el crecimiento de la plántula, aunque las noches sean más frescas. El objetivo es que el cultivo emerja aproximadamente cinco días después de ser sembrado.
En cuanto al control de plagas, la tecnología SProtect® incorporada en los híbridos RAGT, se posiciona como un elemento clave en el control del Melanaphis sorghi o Pulgón amarillo del sorgo, al limitar su capacidad para extraer savia y disolver las paredes celulares de los tejidos vegetales.
Esto reduce significativamente su tasa de multiplicación, disminuyendo la necesidad de recurrir a intervenciones químicas. Como resultado, las poblaciones de pulgón tienen un crecimiento mucho más lento y su reproducción no alcanza niveles explosivos, otorgando más tiempo para evaluar, monitorear y decidir la implementación de controles químicos.
De hecho, ensayos han demostrado que, en algunos casos, una sola aplicación es suficiente para mantener la población de pulgones por debajo del umbral de daño económico para el cultivo. Además, el uso de híbridos con tolerancia genética al pulgón amarillo contribuye a reducir las pérdidas ocasionadas por esta plaga, minimizando la cantidad de aplicaciones de insecticidas. Esto no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también protege a los insectos benéficos y polinizadores, asegurando un manejo más sostenible del cultivo.
En resumen, el sorgo constituye una solución estratégica para enfrentar la variabilidad climática y garantizar rendimientos sostenibles en sistemas agrícolas con recursos hídricos limitados.